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Truco: Cómo hacer un carrito-incubadora para los lechones

En esta incubadora casera pondremos a los lechones más débiles de cada camada para que se sequen y se calienten mientras atendemos a las siguientes cerdas.

La asistencia al parto es uno de los puntos claves en las granjas de cerdas. En este momento, entran en juego toda la habilidad, experiencia y la pasión que un ganadero dedica a sus animales: es el primer resultado visible del esfuerzo dedicado a ese animal durante los cuatro meses previos. Cada ganadero tiene una manera propia de gestionar este momento. Para algunos, la asistencia al parto es una pérdida de tiempo, considerando que otros trabajos son más importantes; para otros, sólo se trata de dar una vuelta por la sala para controlar si hay lechones muertos, alguna lámpara fundida o alguna primípara nerviosa. Pero, para el ganadero apasionado, el parto es el momento más gratificante de su trabajo. Desde la mañana se pasea por las parideras controlando el estado de las cerdas, anota en fichas todos los acontecimientos importantes, seca a los lechones recién nacidos y los pone bajo la lámpara. Si alguna cerda ralentiza el ritmo de expulsión de los lechones, está a punto para intervenir farmacológicamente o con una exploración uterina para controlar el estado del canal de parto y, eventualmente, corregir las anomalías encontradas. Y esta atención es tanto más importante cuanto más avanzado esté el parto. De hecho, dos tercios de la mortalidad neonatal se producen en el último tercio de los lechones nacidos. Especialmente en las cerdas más viejas, los últimos lechones son más pequeños y por lo tanto tienen más riesgo: en los partos avanzados son frecuentes la hipoxia por la rotura prematura del cordón umbilical y el desprendimiento de la placenta.

Lo primero que debe hacerse con estos lechones es reducir la hipotermia neonatal, secándolos y poniéndolos bajo una fuente de calor. Pero cuando debes controlar muchos partos, no puedes quedarte en una única paridera para hacer el seguimiento de un único lechón; aquí es donde entra en escena esta incubadora, un contenedor de plástico, lavable, provisto de tapa y lámpara térmica infrarroja, con serrín en el fondo, colocado sobre un carro viejo, donde se ponen los lechones más débiles de cada parto para que se sequen y se calienten mientras atiendes a las siguientes cerdas. Este manejo es especialmente importante en lechones con splay-leg, que fácilmente entran en hipotermia al no poder caminar.

Cuando explicamos este manejo, algunos (los de la "pérdida de tiempo") sonríen, otros (los de la "ronda de control") escuchan por educación, pero los "apasionados" levantan las orejas interesados por aprender cualquier técnica nueva (si todavía no lo conocen) que les permita reducir todavía más las pérdidas de lechones durante y después del parto.

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